jueves, 8 de febrero de 2007

Monumentos para un Tirano II - Monumentos al Mal



No conforme con pedir tres monumentos para Pinochet, en distintas ciudades del país, asumidos seguidores de su doctrina de la muerte, representados por diputados, piden además que su residencia particular también sea declarada Monumento Nacional, petición que llegó a la Ministra de Educación, quien ocupa el cargo de presidenta del Consejo de Monumentos Nacionales.

Esta petición llegó sólo diez días después de que dicho Consejo declarara Monumento Histórico a la residencia oficial del ex Presidente Salvador Allende, ubicada en calle Tomás Moro lo que ha sido calificado como práctica de “la lógica de los empates” en el mundo político nacional.
El Diputado Moreira, uno de los mayores admiradores de Pinochet, dijo al salir de la reunión con la Ministra Provoste: “Fundamentalmente entendemos que la historia es la historia, independiente de los acontecimientos y las visiones que se tengan sobre el período en que el general Pinochet vivió en ese lugar. Queremos que la historia se escriba con la verdad”.
Por su parte, Cardemil, ex alcalde designado y ex subsecretario durante la dictadura, afirmó: “Nos parece una buena idea que las residencias de todos los ex presidentes de Chile, donde se tomaron decisiones importantes para el país -cualquiera sea la opinión que se tenga sobre esas decisiones, por revestir interés histórico, por haber dejado huella en la vida de los pueblos-, sean declarado monumentos históricos. En ese sentido está hecha la petición”.
Se nota el apuro en los trámites que están haciendo para lograr monumentos para el tirano, al que ellos llaman ex presidente de Chile, apurados, antes que nos acordemos que un domingo 17 de diciembre de 1974, luego de haber destruido los registros electorales, Pinochet se auto proclamó presidente..
La ministra ha respondido: “Va a ser visto en marzo, como cualquiera de las solicitudes que han recurrido hasta nuestro Consejo de Monumentos Nacionales”.

Este Consejo tendrá que evaluar la petición y considerar si la residencia de Pinochet puede quedar junto a los otros Monumentos Históricos que tienen que ver con la obra de Pinochet, como el Sitio “Hornos de Lonquén”, lugar en el cual se encontraron los cuerpos de personas detenidas desaparecidas; el “Estadio Nacional”,en su Coliseo Central, Camarín Norte del centro de piscinas, el caracol sur y el túnel sur poniente del velódromo, donde se recluyó a miles de presos políticos, se torturó y se asesinó con todo tipo de vejámenes a la dignidad humana; Londres 38, lugar donde se detuvo, se torturo y se exterminó a presos políticos durante la dictadura; Villa Grimaldi, lugar que luego del Golpe de Estado pasó a poder de la DINA, para transformarse en el centro de detención, tortura y exterminio más importante del país; el Patio 29 del Cementerio General, por ser un claro exponente del procedimiento llevado a cabo para ocultar los cuerpos y la identidad de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos; el inmueble Avda. José Domingo Cañas, lugar de tortura y exterminio, donde desaparecieron alrededor de cuarenta chilenos, luego de estar detenidos ilegalmente y la Cárcel de Pisagua, ocupada por presos políticos que fueron llevados a este Campo de Concentración y Exterminio, donde se encontró la fosa clandestina en 1990 y aún quedan desaparecidos por hallar.
¿Podrá quedar junto a estos sitios del horror la residencia del tirano?... como una muestra más de una práctica dictatorial que no debe volver jamás a repetirse, para que nuestras generaciones futuras conozcan nuestra historia reciente, para que se reivindique la memoria de las víctimas de la represión y para que se establezcan nuevas bases para la convivencia social, donde el respeto por los derechos humanos permanezca y se reafirme el valor de la vida humana.

Podría ser dentro de este contexto histórico y en respeto a la verdad, porque compararlo o ponerlo junto a otros presidentes o Próceres de la Nación sería un insulto a la historia y a la memoria de José Miguel Carrera por ejemplo, a quien se le construyó un monumento treinta seis años después de su fusilamiento en Argentina, a Manuel Rodríguez para quien se construyó un monolito en el lugar de su caída cuarenta y cinco años después y recién en los últimos años se le construyó una estatua, a Bernardo O¨Higgins, para quien después de treinta años de su muerte, en su exilio voluntario en Perú, se le levantó un monumento.

Sería un insulto para ellos quedar al lado de un tirano, dictador y genocida de su propio pueblo.

Es también una vergüenza y falta de moral compararlo con Salvador Allende, quien murió en La Moneda, entre las llamas y el bombardeo, defendiendo las conquistas democráticas de su pueblo, mientras sus Ministros y colaboradores fueron detenidos y llevados a campos de concentración. Más tarde, muchos de ellos fueron asesinados o desaparecidos y para quien veintisiete años después, el 26 de junio del 2000 se inauguró un monumento.
Ocasión en que José Bono, Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha dijo en su discurso:
Esta plaza hoy, 26 de junio, en que el doctor Allende hubiera llegado a cumplir 92 años, es símbolo de libertad para todo el planeta. Es testimonio de una convicción: las nobles creencias siempre prevalecen sobre el odio, el crimen o el rencor.

Quienes militamos en la causa del socialismo democrático teníamos en Salvador Allende un espejo limpio donde mirarnos, y de pronto, se hizo añicos y se tiñó de sangre. Durante largos años los demócratas del mundo hemos sentido vuestra tragedia como propia.
Ahora, a casi veintisiete años de aquellos días, siento en la garganta un rasgo de congoja. Pero también de alegría porque hoy son millones los seres humanos, desde Japón a México, desde Suecia a Sudáfrica, que al saber que se inaugura esta estatua, en lo más profundo de sus corazones, rinden homenaje a Salvador Allende y a quienes le acompañaron. Rinden homenaje al ejemplo de su vida y al imborrable sacrificio y testimonio de su muerte”.

En Chile y en el mundo Salvador Allende es conocido por su obra y Pinochet también, si es que quieren compararlos.

La diferencia está en la obra. Y si llegamos a este bicentenario con monumentos para el tirano, estaremos inaugurando la era de los monumentos al mal.

Angélica Palleras

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